El uso de elementos que sirvan para sobrealimentar los motores (turbo) viene dado por la necesidad de aumentar la potencia sin tener que aumentar la cilindrada. Aumentar la potencia depende de la cantidad de combustible quemado en cada ciclo de trabajo y del numero de revoluciones.
Tanto en motores Diesel como en los de Gasolina, por mucho que aumentemos el combustible que hacemos llegar al interior de la cámara de combustión, no conseguiremos aumentar su potencia si este combustible no encuentra aire suficiente para quemarse.
Así pues, solo conseguiremos aumentar la potencia, sin variar la cilindrada ni el régimen del motor, si conseguiremos colocar en el interior del cilindro un volumen de aire (motores Diesel) o de mezcla (aire y gasolina) mayor que la que hacemos entrar en una «aspiración normal» (motores atmosféricos).
Siga este enlace para conocer la diferencia entre los Motores Diesel y los de Gasolina
En algunos casos, y en países situados a grandes altitudes o con climas muy calurosos, existe la necesidad de compensar la disminución de la densidad de aire producida por una disminución de la presión ocasionada por la altitud y una disminución de las moléculas de oxigeno por el aumento de temperatura. Para todos ellos los motores sobrealimentados es la solución que podemos aportar.
Motores de gasolina
En el caso de los motores sobrealimentados de gasolina, se presenta un problema inicial que ha de tenerse en cuenta, cuando se sobrepasa una cierta presión de compresión puede ocasionar problemas por autoencendido o por detonación.
Este problema generalmente es debido al aumento de temperatura del aire-combustible dentro del cilindro en la carrera de compresión del motor que será tanto mayor cuanto mayor sea el volumen de mezcla (precisamente es lo que provoca la sobrealimentación).
La solución consiste en reducir la relación de compresión con el fin de que no aumente demasiado la presión y con ello la temperatura de la mezcla que puede provocar el autoencendido o la detonación.
Debido a que las presiones durante el ciclo de trabajo en un motor sobrealimentado son mayores, esto se traduce en unos esfuerzos mecánicos y térmicos por parte del motor que hay que tener en cuenta a la hora de su diseño y construcción, reforzando las partes mecánicas más susceptibles al desgaste y mejorando la refrigeración del motor.
Otra cosa a tener en cuenta es la variación en el diagrama de distribución. Así para un los motores sobrealimentados, cuanto mayor sea el avance a la apertura de la válvula de escape, mejor será el funcionamiento de la turbina.
La sobrealimentación de gasolina ha de tener en cuenta ciertos factores:
– Bomba de gasolina de mayor caudal y presión (eléctricas).
– Que en el circuito de admisión de aire se instale un buen filtrado.
– A fin de optimizar el llenado del cilindro, se precisa de un dispositivo (intercooler) que enfríe el aire que se ha calentado al comprimirlo por el sistema de sobrealimentación antes de entrar en los cilindros del motor.
– En el escape, la sección de las canalizaciones una vez superada la turbina se agranda para reducir las contrapresiones que se originan en este punto y al producir la turbina una descompresión de los gases los motores turbo son muy silenciosos.
– La contaminación que provocan los motores turboalimentados de gasolina es comparable a la de un motor atmosférico.