En este proyecto, que es la segunda etapa de la exploración del inglés Richad Noble, cuyo auto Thrust llegó a ser el primero y exclusivo en superar la barrera del sonido en la tierra y sobre ruedas, posee detrás una gran cantidad de estudios e investigaciones en todos los aspectos, desde la aerodinámica hasta la ubicación de conducción que tendrá el piloto Andy Green, quien se encargará de desplazarse por el desierto a una velocidad aproximada de 469 metros por segundo, a la cual es poco probable que pueda efectuar una lectura de la información de las agujas de los Rolex.
Por medio de este automóvil fabricado por el equipo SSC, el empresario escocés aspira alcanzar la marca de las 1.000 millas por hora en tierra, 1.600 kph. Esto sería sorprendente.
Rolex concedió un cronógrafo y el velocímetro análogos, que producen una gran diferencia con toda la tecnología digital y los ordenadores que dirigirán el intento y serán la comunicación entre los dos mundos de la ciencia y la mecánica.
La cabina del Bloodhound, el siguiente carro supersónico que tratará de obtener, entre 2015 y 2016, una velocidad de 1.000 millas (1609,34 kilómetros por hora) en un territorio desértico de Sudáfrica, ya quedó establecida.
Rolex tomó el compromiso de diseñar y llevar a cabo la instalación de un velocímetro y un cronógrafo análogos durante la más complicada red de información digital de que dispondrá la nave. Claro que Rolex no se habría relacionado a este proyecto como patrocinador principal y tan llamativos de no ser porque pueden incluir su saber en máquinas del tiempo y por su preferencia hacia los deportes a motor.
El progreso de estas herramientas posee evidentemente un significado romántico y publicitario, además del reto de diseñarlos como piezas exclusivas para el momento. Sin embargo es claro que las mediciones se llevarán a cargo de aparatos digitales muy especializados que validarán los desplazamientos del Bloodhound intentando conseguirlo en esa marca.
En este proyecto, que es la segunda etapa de la exploración del inglés Richad Noble, cuyo auto Thrust llegó a ser el primero y exclusivo en superar la barrera del sonido en la tierra y sobre ruedas, posee detrás una gran cantidad de estudios e investigaciones en todos los aspectos, desde la aerodinámica hasta la ubicación de conducción que tendrá el piloto Andy Green, quien se encargará de desplazarse por el desierto a una velocidad aproximada de 469 metros por segundo, a la cual es poco probable que pueda efectuar una lectura de la información de las agujas de los Rolex.
La alianza de este patrocinador es un paso más adelante en la intensa lucha que ha significado la obtención de los fondos para este proyecto, que es quizá la más difícil que el acontecimiento mismo de la velocidad.
Los retos son muy distintos y las dificultades desconocidas, porque antes de alcanzar a las 1.000 millas, el Bloodhound deberá superar la barrera del sonido, tópico con respecto al cual hay experiencia, sin embargo o deja de ser un suceso muy difícil en numerosos factores de la creación y la adecuación de las exigencias técnicas.