El regulador de presión de combustible es un dispositivo que cumple una función vital para el motor, y es precisamente controlar la cantidad adecuada en la linea de gasolina del auto.
El regulador de presión de combustible (FPR) es un dispositivo que está diseñado para mantener la presión en las líneas de combustible de un vehículo. Está situado entre la fuente de combustible y el motor, a lo largo de la línea de combustible. Este dispositivo es fundamental para el buen funcionamiento de un motor, ya que las fluctuaciones en la presión pueden causar una variedad de problemas.
Si la presión de combustible es demasiado alta, puede suceder que el motor del auto funcione con mayor cantidad de gasolina de la necesaria. Esto aumenta las emisiones del vehículo, y puede ocasionar obstrucción, fallos de encendido, y una variedad de otros problemas. La baja presión hace que el motor pueda tardar mucho tiempo para arrancar o detenerse. Ambas circunstancias son muy indeseables, y el regulador de presión de combustible evita que sucedan (lo invitamos a conocer un poco más sobre qué es una bomba de combustible).
Funcionamiento del regulador de presión de combustible
Este dispositivo puede detectar la presión en la linea de combustible, y modificarla con una solapa que puede ser abierta o cerrada para aumentar o disminuir la presión. Si la presión llega a ser extremadamente alta, se abre una válvula para permitir que el combustible fluya en una línea que conduce de vuelta al depósito de gasolina. Un número de cosas pueden influir en la presión de combustible, incluidas las fugas en la línea y los problemas con el regulador de presión de combustible.
Si la eficiencia de gasolina de un auto disminuye radicalmente, tiene problemas para pasar las pruebas de emisiones, o su motor está funcionando irregularmente, puede indicar un problema con el sistema de gasolina y el regulador de presión de combustible. Un mecánico general puede probar el dispositivo en unos pocos minutos para determinar si está funcionando correctamente.
Tener un motor que funciona mal no es sólo una molestia. También aumenta las emisiones de gases, lo que es malo para el medio ambiente. La vida de un motor puede acortarse si se ejecuta constantemente con la presión del combustible equivocado, lo que potencialmente puede generar costosas reparaciones o un fallo catastrófico en el futuro. Si el motor comienza a funcionar mal, es el momento de hacer una cita con un mecánico, o echar un vistazo bajo el capó.